German neo-expressionist painter Anselm Kiefer wrote the following, reflecting on the nature of creative work: “Painting, but also literature and all that goes with it, is merely a process of going round and round something inexpressible, round a black hole, or a crater, whose center one cannot penetrate. And those things one seizes as subject matter, they have merely the character of pebbles at the foot of the crater–they mark out a circle which, one hopes, draws ever closer to the center.”
From Kiefer’s statement, one can infer that creative work has by nature an element of blind and intuitive search, and also of organic connectivity among artistic manifestations. The individual elements (the “pebbles”), taken as a whole, do constitute the artist’s thematic and creative map–her or his worldview and understanding of life. Crater Publishers agrees with such an understanding of artistic and literary work.
Here is another expression of the same idea, coming from a completely different area of study: Leo Spitzer’s ground-breaking (on his day) analysis of linguistic perspectivism in Don Quijote:
“Perhaps it is better not to break up the unit of a work of art into historical units … and, instead, to proceed according to a method by which one would seek to move from the periphery toward the center of the artistic globe–thus remaining within the work of art. Anyone outward feature, when sufficiently followed up to the center, must yield us insight into the artistic whole, whose unity will thus have been respected. The choice of the particular phenomenon, then, would appear to be of secondary importance: any single one must, according to my ideology, give final results.”
Escribió el pintor alemán contemporáneo Anselm Kiefer, reflexionando sobre la naturaleza de la creación artística: “Toda la pintura, pero también toda la literatura y todo aquello que se le relaciona, no es más que el mero proceso de dar vueltas alrededor de algo inexpresable, el proceso de moverse alrededor de un agujero negro o de un cráter cuyo centro uno no puede penetrar. Y todas aquellas cosas que uno adopta como tema o motivo artístico, no tienen más que carácter de guijarros al pie de dicho cráter: sirven para marcar el contorno de un círculo que, uno espera, se acerca cada vez más a su centro”.
De la afirmación de Kiefer se puede deducir que la creación artística tiene, por naturaleza, un importante elemento de búsqueda ciega o intuitiva, y también de conectividad orgánica entre manifestaciones artísticas individuales: los “guijarros” (el verso, la línea, el cuadro, la imagen), tomados como conjunto, constituyen el mapa emocional y temático del creador, su manera de entender el mundo y la vida. Ediciones del Cráter comparte esa visión particular de la creación artística.
He aquí otra expresión del mismo ideario, de ese equilibrio entre periferia y centro, entre piedra y cráter, sacada de un área de estudio totalmente diferente del expresionismo de Kiefer. Escribe esto el filólogo Leo Spitzer en su estudio sobre el perspectivismo linguístico de Don Quijote:
“Quizás es mejor no romper la unidad de una obra de arte en unidades históricas individuales … y, en su lugar, proceder de acuerdo con un método según el cual uno buscase moverse de la periferia hacia el centro del globo artístico–así permaneciendo dentro de la obra de arte. Cuando seguimos suficientemente cualquier elemento externo, o periférico, hasta el centro, la investigación debe proporcionarnos una perspectiva de la totalidad de la obra artística, cuya unidad de esa manera habremos respetado. La elección de un fenómeno de estudio particular, pues, nos parecerá de importancia secundaria: todo fenómeno individual debe, según esta ideología, dar resultados finales”.